Por Julieta Méndez
En su ciudad natal de Liverpool, Inglaterra, The Beatles representan un gran movimiento de la economía regional. Según un informe realizado por la universidad de esta localidad, el impacto de las actividades relacionadas con la banda durante el 2014 fue de £39 millones.
En cuanto a los visitantes internacionales que van a Liverpool, la mitad lo hacen porque quieren conocer la cuna de los músicos. Estos turistas no sólo se quedan más tiempo en la ciudad que uno promedio, sino que gastan más aún.
Este “turismo Beatle” incluye la visita a las casas donde se criaron Paul McCartney y John Lennon, y a The Cavern, el club de donde surgieron. También hay seis hoteles temáticos, como el “Hard Days Night“, bares ambientados especialmente, y tiendas de recuerdos, entre otras actividades.

La economía Beatle a nivel mundial
The Beatles también tiene lugares icónicos alrededor del planeta. En la ciudad hindú de Rishikesh se puede visitar el ashram en el que se hospedó la banda durante su retiro espiritual mientras grababa su álbum homónimo en 1968. En Nueva York, Estados Unidos, miles de turistas visitan el monumento a John Lennon (Strawberry Fields Memorial) en el Central Park, a metros del edificio Dakota, donde vivía junto a su entonces esposa Yoko Ono, y fue asesinado en 1980.

En nuestro país, más específicamente en el complejo Paseo La Plaza de Capital Federal, se encuentra el Museo Beatle. Su dueño es Rodolfo Vázquez, el mayor coleccionista de objetos relacionados con la banda según Guinness. Aquí exhibe algunas de sus propiedades, como por ejemplo álbumes de figuritas o ediciones limitadas de cassettes. Además del museo, al lado está “The Cavern”, un bar con decoración “beatle” que posee un mini teatro donde se realizan tributos a los cuatro de Liverpool.

En una conversación con Vázquez, él nos cuenta que tiene, además, una colección privada en su casa, donde atesora el primer objeto de valor que adquirió: un autógrafo de John Lennon. Lo último que obtuvo fue una edición estadounidense del disco más reciente de Paul McCartney, “Egypt Station”. En total, tiene más de diez mil elementos relacionados con la banda.
¿Cómo suele conseguir sus piezas de colección? “Por intercambio, subastas e Internet, en casas especializadas, además de cosas que me ofrecen otros coleccionistas”. También algunos protagonistas han aportado al museo: el productor Allan Williams le obsequió su primer contrato realizado con la banda, mientras que Julia Baird, la hermana de Lennon, le entregó algunos obsequios personalmente.
Como Vázquez, hay muchos coleccionistas de The Beatles alrededor del mundo, que generan un intercambio de dinero invaluable, así como los ingresos que genera el turismo especializado en la banda. Todo esto es impulsado por el sentimiento de ser fanático de uno de los grupos musicales más grandes del planeta. En palabras de Rodolfo, “la sensación de ser fan es muy personal y subjetiva; su música es conmovedora e irrepetible. Tienen vigencia y siguen generando algo muy especial en las nuevas generaciones. Podríamos decir que es una banda llena de magia que trasciende todos los horizontes del arte”.