Por Mercedes Pappa
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El 11 de agosto los resultados de las PASO fueron muy desalentadores para Mauricio Macri. A partir de entonces, el equipo de Juntos por el Cambio se propuso intensificar la campaña y apuntó a que más personas en el padrón fueran a votar para por lo menos llegar al ballotage. En ese sentido, “la vamos a dar vuelta” se convirtió en el principal eslogan.
Al parecer, los esfuerzos del equipo de comunicación de Macri dieron sus frutos: la participación en los comicios aumentó (superó el 80% del padrón) y en las Generales el Presidente sumó más de 8 puntos a lo que había obtenido en las PASO. Esto significa que hubo más de dos millones de votos nuevos para la fórmula oficialista que en las Primarias. Macri se impuso en Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires, tal como había sucedido en las PASO, pero también en Entre Ríos, Mendoza, San Luis y Santa Fe, distritos en los que había perdido el 11 de agosto. Sin embargo, la cifra no fue suficiente para alcanzar la segunda vuelta porque Alberto Fernández ganó con más del 47% de los votos. En esta ocasión, el candidato del Frente de Todos solo obtuvo 250 mil votos más que en las PASO.
El resto de los partidos disminuyó sus porcentajes: Lavagna pasó de 8% a 6%, Gómez Centurión de 2,6% a 1,7% y Espert de 2,1% a 1,5%. El único que pudo mantener la misma cantidad de votos que en las PASO (2%) fue Nicolás del Caño.